-Fue muy bueno, con una gran convocatoria de trabajadoras que colmaron el auditorio del local sindical.
Muy importante porque varias de las participantes expresaron las principales dificultades que enfrentan en su cotidianidad de mujeres, madres, trabajadoras.
Hubo un intercambio enriquecedor acerca de los desafíos que todavía tenemos las mujeres en la búsqueda de la igualdad de derechos, sobre todo en lo que refiere a las condiciones laborales, y en el caso particular de esta región en las condiciones de salud y vivienda.
-Desde que comenzaste tu camino en la labor sindical allá por 2001, ¿qué cosas cambiaron y cuáles faltan por cambiar en relación a los derechos de las mujeres?
-En estos 15 años donde más noto el cambio es en la actitud de la propia mujer trabajadora.
En aquel entonces, las compañeras conservaban cierto temor de expresar sus problemas y de reclamar sus derechos.
Esto ha ido cambiando: las mujeres de esta región bananera, que son muchas, han venido perdiendo el miedo y la timidez y se están empoderando de sus derechos, no solo frente a sus empleadores sino también ante la sociedad.
Tantos años de capacitación y trabajo del Sintrainagro en políticas de género viene arrojando resultados positivos para nuestra región. Hoy en día las mujeres podemos alzar la voz y decir: “aquí estamos y esto es lo que queremos”.
Todavía nos falta mucho, sobre todo en la generación de puestos de trabajo, la vivienda y una cobertura de salud más integral, pero hemos avanzado bastante.
-En la zona bananera de Urabá, el 71 por ciento de las mujeres somos jefas de familia como consecuencia del desplazamiento de los hombres por el desempleo o en épocas de violencia. Muchas quedaron viudas.
Venimos trabajando conjuntamente con las autoridades municipales en programas enfocados a estas mujeres, que buscan incluirlas en el mercado laboral, en la capacitación en oficios, entre otras cosas.
La alcaldía de Apartadó está abierta a desarrollar proyectos que beneficien a las mujeres dentro de su comunidad y permitan su desarrollo personal y social.
-¿Qué mensaje le envías a las mujeres hoy?
-No miremos el 8 de marzo como un día de celebración, este tiene que ser un día que marque más que nada nuestras reivindicaciones y nuestra lucha cotidiana por alcanzar nuestros derechos, que están, que existen pero que es necesario sacarlos del papel.
Que el 8 de marzo marque la lucha cotidiana por mejores condiciones laborales y de vida para las mujeres.
Respeto, justicia y equidad.