El poderoso grupo económico Jaremar que produce marcas importantes como la Clover Brand, Jabon Xtra y Centella, Campofresco, Harina Gold Star, Maxitel, entre otros, propietario de empresas palmeras en todo el Litoral Atlantico, sigue negándoles la libertad sindical a los y las trabajadoras de las empresas Agroguay y Agromeza organizados en subseccionales del STAS.
Después de una huelga laboral de más de 5 meses reingresaron a trabajar en el mes de marzo de 2018, esta lucha llevada a cabo en conjunto con el STAS les dio como beneficio la permanencias a más de 200 trabajadores en las dos empresas, derechos que se les había negado por 17 años así como salario mínimo y otros vitales derechos reivindicados.
A pesar de todo se les ha negado al libertad sindical y la negociación colectiva, durante los últimos meses el hostigamiento ha ido en aumento, con seguimientos y amenazas a trabajadoras, malos tratos y por ultimo con despidos antisindicales.
El día viernes 20 de julio, el compañero Manuel Castro afiliado al STAS fue despedido repentinamente por su jefe inmediato Elder Mauricio Flores en la empresa Agromeza sin ningún sustento legal, por lo tanto se considera un despido en represalia antisindical, la Junta Directiva Subseccional del STAS ha buscado dialogar con la administración por este caso pero han sido ignorados totalmente ya que la empresa continua desconociendo la legalidad de su organización.
Verbalmente parte de los administrativos han dicho que los despiden por que no paso el periodo de prueba, algo que legalmente no procede ya que el artículo 52 del Código de Trabajo Vigente expresa en su tercer párrafo “Si antes de transcurrido un (1) año se celebra nuevo contrato entre las mismas partes contratantes y para la misma clase de trabajo, deberá entenderse este por tiempo indefinido, sin que tenga lugar en este caso el período de prueba”
La mayoría de los y las trabajadoras de Agromeza han firmado dos contratos en el lapso de dos meses los que les evita legalmente tener que cursar el periodo de prueba y es algo muy lógico ya que si llevan varios años desarrollando las labores, no necesitarían probar que realmente pueden hacer el trabajo.
Otra parte de los jefes inmediato ha cambiado la versión y argumentan que el despido obedece a razones de insultos y desobediencia a desarrollar las labores, pero esto no tiene ningún probatorio, no existió ninguna audiencia descargo ni la posibilidad de defensa que según la Constitución de la Republica en su artículo 82 es un derecho inviolable, derecho que inclusive a los delincuentes y corruptos se les ha respetado en Honduras.
Los compañeros/as se mantienen en descontento ya que creen que es un despido estratégico por parte de la empresa y puede ser el inicio de los despidos masivos para trabajadores y trabajadoras permanentes afiliados/as al sindicato STAS.
Grupo Jaremar firmó un acta en Tegucigalpa donde se comprometía a respetar la libertad sindical e implementar el dialogo a la hora de enfrascarse en un conflicto, acciones que no han cumplido su administración y cada vez avanzan en su objetivo antisindical sin que el Ministerio del Trabajo le tramite a las instancias legales emprendidas por el STAS.