Sindicato de Trabajadores Bananeros de Izabal (SITRABI)
Avenida Vicente Cozza. 4-17 Zona 1.
Morales de Izabal, Guatemala.
Telefax: (502) 947-8208.
E-mail: sitrabi@itelgua.com
Con Selfa Sandoval
SITRABI: 64 años de compromiso por la dignidad de los trabajadores
El pasado 9 de junio, el Sindicato de Trabajadores Bananeros de Izabal (SITRABI) celebró sus 64 años de lucha. Una larga historia donde el compromiso irrenunciable con los derechos de los trabajadores y trabajadoras, lo ha llevado a posicionarse como una de las cinco mayores organizaciones de trabajadores bananeros del mundo.
El 9 de junio de 1947, los trabajadores y trabajadoras del banano de la región de Izabal, fundaron el Sindicato de la Empresa de Trabajadores de la United FruitCompany (SETUFCO).
Treinta años después, en 1972, cuando Mamita Yunai decidió vender sus propiedades a la transnacional Del Monte, los trabajadores cambiaron el nombre de su organización, que pasó a denominarse SITRABI.
“Han sido 64 años marcados por momentos gloriosos, pero también difíciles. Una historia de lucha durante la cual hemos sufrido fuertes golpes, que hemos sabido superar para seguir adelante”, recuerda Selfa Sandoval, Secretaria de Cultura y Previsión Social de la Junta Central del SITRABI.
Todo lo que hemos hecho en 64 años de existencia ha servido para que los trabajadores y trabajadores tengan estabilidad laboral, mejores condiciones de vida e importantes prestaciones sociales logradas a través de la negociación colectiva que tiene una cobertura para el total de la plantilla laboral.
Después de la represión desatada en Guatemala contra las organizaciones sociales y sindicales a raíz del golpe de Estado de 1953, el Sindicato vivió momentos muy delicados, fortaleciéndose nuevamente a partir de 1959.
“SITRABI tuvo que enfrentarse la represión directa y a la presión del movimiento solidarista, sin
embargo logramos desarrollar un fuerte trabajo de concientización entre los trabajadores. Fue una lucha constante que se prolongó por muchos años y que logramos ganar”, explicó a Sirel, la directiva del SITRABI.
Según Sandoval, la década de los 90 puso a dura prueba la capacidad de resistencia y promoción de los derechos laborales del SITRABI. En 1993 desarrolló una victoriosa huelga de 39 días, mientras que en 1998 y 1999 tuvo que enfrentarse a las difíciles consecuencias de los desastres naturales que afectaron al país, y que amenazaron con diezmar a la organización.
“En 2000, la empresa intentó despedir a más de 900 trabajadores, violentando las cláusulas del Convenio Colectivo que regulan el tema del Recorte de Personal. Tuvimos que implementar varias estrategias, pero la represión fue brutal”.
Sandoval recordó la actuación de grupos paramilitares en la región, gente armada en la sede del Sindicato que amenazaron a los directivos del Sindicato. “Querían destruirnos, sin embargo logramos que los responsables fueran castigados por la justicia. Lamentablemente la situación de inseguridad, obligó a siete directivos del SITRABI a abandonar el país e irse al exilio”, afirmó la dirigente sindical.
Pese a la represión, que entre el 2007 y 2011 costó la vida a tres de sus dirigentes, y a nuevos desastres naturales que impactaron la zona de Izabal, SITRABI logró seguir adelante, desarrollando un incansable trabajo en favor de los derechos de sus afiliados y afiliadas.
“Todo lo que hemos hecho en 64 años de existencia ha servido para que los trabajadores y trabajadores tengan estabilidad laboral, mejores condiciones de vida e importantes prestaciones sociales logradas a través de la negociación colectiva que tiene una cobertura para el total de la plantilla laboral.
La fuerza del SITRABI tiene sus raíces también en el apoyo internacional que ha recibido en todos estos años. En este sentido -continuó Sandoval-, la UITA nos ha brindado un apoyo histórico y nunca nos ha dejado solos.
La Campaña Internacional de solidaridad con el SITRABI y la visita de la Misión “Idar Joel Hernández Godoy” de la UITA, en estos momentos tan difíciles para la organización, es algo que nos fortalece y nos da esperanza”, concluyó. (Selfa Sandoval)