El pasado domingo 15 de junio de 2025, mientras Costa Rica conmemoraba el Día del Padre, en la sala sindical de La Rita se vivió un espacio de reflexión y firme compromiso por los derechos laborales. Dirigentes de fincas bananeras y piñeras participaron en un conversatorio que puso sobre la mesa las múltiples barreras que enfrenta el sindicalismo en el sector agrícola costarricense.
El encuentro no solo evidenció las dificultades actuales, sino también el creciente proceso de organización y afiliación sindical, signo claro del despertar colectivo de las y los trabajadores.
Un marco legal que existe, pero que las empresas no respetan
Costa Rica posee una legislación laboral y sindical considerada de avanzada en la región:
- El Código de Trabajo, especialmente en sus artículos 332 y 363, reconoce y protege la actividad sindical.
- Los Convenios 87, 98 y 135 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), así como la Recomendación 143, refuerzan los derechos de sindicación y negociación colectiva.
- La Constitución Política garantiza la libertad de asociación en sus artículos 25, 60 y 62.
- Además, diversos tratados internacionales, como la Declaración Americana de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, respaldan este marco normativo.
No obstante, la realidad en las fincas bananeras y piñeras dista mucho de ese marco jurídico: los derechos sindicales son sistemáticamente vulnerados por muchas empresas del sector.
Mecanismos que limitan la libertad sindical
Durante el conversatorio se identificaron varias estrategias utilizadas para debilitar el sindicalismo:
- La persistente cultura empresarial antisindical en el sector.
- La intervención de actores externos, como la Escuela Juan XXIII y el Grupo Paz Social, que promueven formas de representación paralelas y ajenas al movimiento sindical.
- Un Ministerio de Trabajo debilitado, sin capacidad ni voluntad política para garantizar el cumplimiento de la ley.
- La lentitud y parcialidad de algunos tribunales laborales, que retrasan la justicia y generan impunidad frente a los abusos.
Prácticas empresariales de represión sindical
Las y los dirigentes denunciaron prácticas recurrentes que buscan silenciar la organización colectiva:
- Intimidación y presión psicológica contra personas afiliadas y sus familias.
- Despidos sin justificación y sanciones arbitrarias.
- Obstáculos al ingreso de dirigentes sindicales a las fincas.
- Desconocimiento deliberado de los delegados sindicales y sus solicitudes.
- Promoción de “comités laborales” sin representación sindical real.
Responsabilidad social empresarial: un discurso vacío
También se cuestionó el uso de certificaciones de responsabilidad social que, lejos de garantizar condiciones dignas, sirven como fachada para ocultar violaciones sistemáticas de derechos laborales. La realidad en muchas plantaciones contrasta con lo que las empresas proyectan a consumidores y supermercados
- Contrataciones sin garantías ni estabilidad.
- Salarios insuficientes y jornadas extenuantes.
- Discriminación por género, edad o postura crítica.
- Desmantelamiento de conquistas históricas.
- Persistencia de riesgos laborales sin atención médica adecuada.
Un llamado a la acción colectiva
Desde COLSIBA, respaldamos estos espacios de diálogo y denuncia, y reiteramos nuestro compromiso con la defensa de los derechos laborales y sindicales en toda la región. La experiencia de La Rita es una muestra del valor de la organización y la unidad frente a las injusticias.
¡Por un sindicalismo libre, fuerte y con justicia para quienes cultivan la tierra!
