Alcanzar altos estándares de desarrollo sostenible es el principal reto que enfrentan los pequeños productores de piña, para exportar y aprovechar las ventajas comerciales que recientemente se abrieron en China y otros mercados cautivos como Europa y Estados Unidos.
El manejo de recursos naturales, la necesidad de implementar planes de reciclaje, y el tratamiento de residuos líquidos y aguas negras son parte de los retos aún pendientes de acuerdo con el Centro Latinoamericano y Desarrollo Sostenible (Clacds) del Incae.
El análisis evidencia que se han dado mejoras en los procesos de sostenibilidad. Sin embargo, han sido en las grandes producciones, dejando al descubierto las debilidades de las pequeñas, las cuales quedan expuestas ante cambios que no requieren grandes inversiones, sino modificaciones conductuales.
“Las deficiencias en las fincas pequeñas funcionan como un sistema de alarma, ya que en estas se acentúan los flancos débiles. Las grandes fincas están más expuestas a la verificación externa (certificaciones) y eso las obliga a ejecutar buenas prácticas agrícolas. Las pequeñas son las que requieren de más acompañamiento”, destacó Víctor Umaña, director del Clacds del Incae.
Las certificaciones internacionales, que son un requisito a la hora de insertarse en el mercado internacional, muestran las diferencias entre las fincas.
Mientras todas las fincas grandes cuentan con la certificación G.A.P.TM (uno de los requisitos más frecuentes para incursionar en los mercados internacionales), solo el 70% de las fincas pequeñas cuenta con ella.
Sin embargo, los retos en sostenibilidad no restan el mérito que este sector ha generado desde el punto de vista económico.
“Sabemos que existen muchas áreas en las que tenemos que mejorar, pero nadie puede ignorar el impacto de este cultivo como generador de bienestar y progreso, que se ha caracterizado por un crecimiento sostenido en las exportaciones y por ser un motor para la economía del país”, aseguró Abel Chaves, presidente de la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña.
Y es que Costa Rica ha sido durante más de dos décadas el principal exportador de esta fruta fresca en el mundo, superando otros competidores importantes como Brasil, Filipinas, Tailandia e Indonesia.
“La piña de Costa Rica es la mejor del mundo por su sabor y así se distingue en todos los mercados. Reforzar los aspectos de sostenibilidad son importantes, pero lo más urgente es que se incremente el área de producción ya que muchos agricultores están reduciendo el número de hectáreas para dedicarse a otros cultivos”, aseguró Juan Rafael Lizano, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria.
Mientras tanto, el Gobierno viene desarrollando la Iniciativa Sostenibilidad Piñera desde 2011, que pretende resolver el tratamiento de plagas y buscar buenas prácticas agrícolas.
“Esa iniciativa a seguir se considera tibia por parte de los ambientalistas y una intromisión inaceptable del Gobierno por parte de los productores. Sin embargo, lo importante es no desanimarse y seguir trabajando en la búsqueda de las soluciones”, aseguró Luis Felipe Arauz, ministro de Agricultura y Ganadería.
Fuente: larepublica.net