Cuando el hambre se junta con las ganas de comer
En marzo del año pasado, tras 5 meses de huelga, las partes firmaron un acuerdo donde Grupo Jaremar se comprometió a reintegrar, de forma permanente, tanto a los trabajadores que habían sido cesados de manera injustificada como a los que no habían sido recontratados.
Además, aseguró que respetaría la libertad sindical y el derecho a negociar colectivamente, al tiempo que abordaría y solucionaría en base al diálogo las muchas problemáticas que se dan en las dos empresas.
Un año después, los trabajadores denuncian que el acuerdo quedó en papel mojado.
“La empresa está irrespetando lo firmado. Ha habido despidos injustificados y hay trabajadores que no fueron recontratados. Tampoco cesó la persecución y el acoso hacia nuestros afiliados.
En este momento no hay voluntad de parte de la empresa de dialogar, ni de negociar colectivamente. De hecho están desconociendo a nuestra subseccional”, dijo a La Rel, Roberto López, secretario general de la subseccional del STAS en Agroguay.
López, que tiene 19 años de trabajar en la empresa, advirtió sobre la complicidad de las autoridades del trabajo en la violación de las leyes nacionales y los convenios internacionales ratificados por Honduras.
“Se han hecho de la vista gorda y han ignorado las solicitudes de mediación y conciliación interpuestas por el STAS, obstaculizando la negociación colectiva”, agregó.
La misma situación se vive en Agromeza, donde hay decenas de despidos ilegales y de trabajadores organizados que no fueron recontratados.
“Estamos exigiendo el reintegro de 19 compañeras y compañeros que fueron cesados injustamente.
Asimismo, pedimos que se contraten de forma permanente a trabajadores que tienen varios años en la empresa desempeñando labores de carácter permanente”, manifestó Carlos Mendoza, secretario general de la subseccional del STASen Agromeza.
Después de la huelga, las empresas han subido el nivel de presión hacia los trabajadores y trabajadoras para que se desafilien.
También han ampliado exageradamente los plazos de “espera” entre el vencimiento de un contrato y la recontratación.
“Ahora nos dejan hasta seis meses o más sin trabajar y esto genera mucha incertidumbre entre los trabajadores”, dijo Mendoza.
Asimismo alertó sobre una posible nueva ola de despidos.
“Somos 7 compañeros que estuvimos en la huelga y se nos vence el contrato este 1 de marzo. Tememos que no nos recontraten en represalia por nuestro trabajo sindical.
Peleamos por algo que es justo. Grupo Jaremar debe respetar lo que firmó porque tenemos derecho a organizarnos y a negociar colectivamente”, concluyó el directivo sindical.
En San Pedro Sula, Giorgio Trucchi