Dicen que esto podría desincentivar inversión. Vargas y Uribe contraatacan al exalcalde de Bogotá.
Diversos gremios del país manifestaron este viernes sus reparos a la propuesta de Gustavo Petro de comprar el ingenio azucarero de Incauca, propiedad de la organización Ardila Lülle, para entregarlo a campesinos, lo cual fue interpretado como una amenaza velada de expropiación.
La idea de Petro fue asociada de inmediato a lo aplicado por los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, en Venezuela, quienes impusieron como política pública la expropiación de bienes de producción, para entregarlos a trabajadores, una de las causas de la crisis económica actual.
“Bonito sería el gesto que decidiera, una vez la Colombia Humana sea el nuevo gobierno, que le entregue Incauca al Estado para que el Estado empiece a entregarla al pequeño y mediano productor agrario para producir alimentos e industrializarlos en Colombia”, dijo Petro el pasado jueves en Yumbo (Valle del Cauca).
José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), fue enérgico en afirmar que “detrás de la expropiación lo que viene es el desestímulo de la inversión. Es el camino que siguió Venezuela y ya sabemos lo que pasó. Pobreza y hambre”. También afirmó que las consecuencias pueden ser peligrosas, porque “empiezan con Incauca y terminan en el Banco de Bogotá”.
detrás de la expropiación lo que viene es el desestímulo de la inversión. Es el camino que siguió Venezuela
El presidente del Sector Agroindustrial de la Caña (Asocaña), Juan Carlos Mira, envió una carta a Petro en la que explicó que “las comunidades indígenas del norte del Cauca poseen más de 100 mil hectáreas, de las cuales solo aprovechan el 10 por ciento”. Por lo cual, el único problema no es darles tierras, sino “producir de forma eficiente y sostenible”.
Además, Mira destacó que el 70 por ciento de las hectáreas sembradas con caña en el valle del río Cauca pertenecen a 2.750 productores diferentes a los ingenios azucareros, lo cual demuestra una convivencia entre las grandes empresas y los campesinos e indígenas.
Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores Colombianos (SAC), dijo que “hay que buscar que los campesinos se vuelvan empresarios del campo”. Igualmente, respaldó la posición de Asocaña en cuanto a la viabilidad del modelo actual de coexistencia entre pequeños y grandes empresarios.
A pesar de la interpretación de la propuesta como una amenaza de expropiación, Petro aclaró ayer, por medio de un trino: “Si hago una solicitud a Ardilla Lülle de compra de Incauca a precio justo, eso no se llama expropiar, se llama comprar y para qué? Para que la tierra fértil del Cauca produzca menos azúcar dañina y etanol y más producción diversa en manos de gente sin tierra. Se llama paz amigos”.
Tras estas afirmaciones, la discusión se trasladó a Twitter. El expresidente y senador Álvaro Uribe sostuvo que a Petro “se le salen los colmillos expropiadores de Chávez así quiera esconderlos”. Y Germán Vargas Lleras, otro de los aspirantes a la Casa de Nariño, trinó que la propuesta de Petro es provocadora y que “la Constitución colombiana protege la libre empresa y la propiedad privada”.
Ante estos ataques, Petro le respondió a Vargas que “solo es una compra voluntaria. En cambio usted sí expropió a la sociedad con Isagén”.
Ayer, durante su visita a Buga, el exalcalde de Bogotá defendió su propuesta y dijo que “fue una solicitud respetuosa al doctor Ardila para que vendiera la hacienda”, ante lo cual la candidata a la Vicepresidencia Marta Lucía Ramírez señaló que “cuando el que obliga a vender es el gobierno, eso es expropiación”.
La propuesta de Petro dejó en el ambiente político y económico la idea de que su propuesta esconde en el fondo el deseo de expropiar capital.
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