La semana pasada, Lidl siguió los pasos de Asda al limitarse a vender únicamente bananas sostenibles con certificado de la ONG Rainforest Alliance. Tesco podría hacer lo mismo pronto, y The Co-op, Sainsbury’s y Waitrose ya venden solamente bananas de Comercio Justo o ecológicas.
Según estimaciones aproximadas, los consumidores de Reino Unido comen más de 70 bananas certificadas al año.
Sin embargo, aquí está la contradicción: Reino Unido puede ser el mayor mercado del mundo para bananas de Comercio Justo, ecológicas y de otros certificados, pero sigue teniendo uno de los precios minoristas más bajos del hemisferio norte.
Por ejemplo, una búsqueda rápida en internet muestra que Sainsbury’s y Waitrose están vendiendo sus bananas de Comercio Justo sueltas al mismo precio que las bananas de Tesco, que no son de Comercio Justo, a 68 peniques el kilo. The Co-op es la única cadena que vende sus bananas a un precio más alto.
De modo que, aunque es una noticia excelente para que los consumidores se sientan bien al comprar bananas más justas o sostenibles, no es tan buena para los productores que quieren que las bananas dejen de considerarse un producto de bajo coste e invertir más en condiciones de plantación, salarios e impactos medioambientales.
Los supermercados argumentan que, gracias a las normas de certificación, como el precio mínimo de Comercio Justo (acordado anualmente en cada región), los precios siempre cubren el coste de producción sin importar lo bajos que sean los precios de los supermercados.
“Las bananas tienen precios competitivos en todos los supermercados, pero nuestros clientes pueden estar seguros de que ninguna reducción de precio se transmite a los productores, ya que absorbemos este coste”, explica Waitrose. “Nuestros precios minoristas no están conectados de ninguna manera con nuestros precios de coste”, añade Lidl. Ambos parecen contentos de vender bananas con pérdidas.
Aunque los precios mínimos garantizados (no ofrecidos por la Rainforest Alliance) y los beneficios sociales adicionales ofrecidos por la certificación han sido un importante paso hacia delante, los productores y trabajadores de la banana no son inmunes a las guerras de precios de los supermercados.
“Vender bananas de Comercio Justo sueltas para mantener un precio bajo de forma insostenible está mandando un mensaje equivocado a los consumidores sobre el valor real de las bananas justas”, explica Alistair Smith, fundador del grupo de la campaña Banana Link. “Los productores minifundistas en particular tienen poco o ningún margen para invertir en las mejoras de las condiciones salariales y las prácticas medioambientales necesarias para garantizar una producción y un comercio sostenibles a largo plazo”, concluye.
Fuente: theguardian.com