Se cumple un mes de la desaparición del joven que fue visto por última vez detenido por gendarmes.
El viernes se realizaron marchas para pedir que aparezca Santiago Maldonado. Sus familiares culpan al Gobierno de la desaparición.
Juan Mabromata / AFP
Argentina es por estos días una sola pregunta: ¿Dónde está Santiago Maldonado?
En las calles de Buenos Aires se ve escrita en carteles junto a la imagen de un joven de barba y ojos claros. En las escuelas, los maestros la discuten con los estudiantes; en los conciertos, los músicos la lanzan entre canciones; futbolistas la portan en camisetas, y en las redes sociales, miles de personas escriben frases como esta que publicó el famoso músico: “Soy Gustavo Santaolalla y estoy grabando en Los Ángeles. ¿Dónde está Santiago Maldonado?”.
Es una pregunta dirigida al Estado argentino tras la desaparición de Maldonado, el pasado primero de agosto, y que resonó el viernes en una marcha. Y, al menos por ahora, sigue sin respuesta. ¿Por qué su desaparición ha movilizado al país y quién es este joven?
El 31 de julio, un grupo de indígenas de la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia, que ocupa un terreno en Cushamen, provincia de Chubut, cortó la Ruta 40 en el sur del país.
El problema es un conflicto de tierras entre los mapuches, que las reivindican como suyas desde hace siglos, y el empresario italiano Luciano Benetton, dueño de 900.000 hectáreas. Una disputa que se agudizó desde 2015 y que en enero, durante uno de los desalojos, dejó 14 heridos.
En ese contexto, el primero de agosto, la Gendarmería adelantó un operativo para despejar la vía e ingresó al territorio para desalojar a los manifestantes, entre quienes, según testigos, estaba Maldonado, un mochilero que fue a apoyar a los mapuches. Según ellos, no alcanzó a cruzar un río y fue visto por última vez cuando era detenido y subido a una camioneta de los gendarmes.
El Centro de Estudios Legales (Cels), organización de derechos humanos, solicitó al Comité contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas dar curso a una acción urgente. Desde entonces no se habla de otra cosa, y la tensión llegó a las escuelas públicas, donde un sindicato distribuyó una guía sobre cómo manejar el caso con los alumnos.
El gobierno de Mauricio Macri se rehúsa a admitir el caso como desaparición forzada, pero la investigación lleva ese título y ha puesto en duda que el joven estuviera en la marcha.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, no solo defendió a los 46 gendarmes del operativo, sino que se negó a apartarlos de su cargo mientras se investiga. Por eso muchas de las preguntas en redes están dirigidas a ella.
Con la cercanía de elecciones legislativas, con el caso de Maldonado la grieta política entre argentinos (macristas y kirchneristas) se ha hecho más evidente.
Para algunos críticos de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, ella y sus partidarios usan la desaparición para mostrar al gobierno Macri como autoritario. Pero, por otro lado, los oficialistas evitan responder la pregunta sobre el paradero de Maldonado y se defienden señalando que durante el gobierno de Cristina también hubo desaparecidos.
“No vamos a aceptar que nos comparen con la dictadura”, ha dicho la ministra, quien desvirtuó los testimonios de los indígenas por ser anónimos.
Pero, la realidad es que el reclamo va más allá de los partidos políticos y ha movilizado a muchos argentinos no ligados al kirchnerismo, al punto de que el problema se ha convertido en una papa caliente para el gobierno de Macri. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos lo conminó a resolver el caso con prontitud y dictó medida cautelar.
“Es cruel y bajo que el Gobierno muestre el caso como un montaje de la oposición. Solo falta que digan que el chico se fue a Europa, como nos respondían cuando preguntábamos por nuestros desaparecidos”, afirmó a EL TIEMPO Graciela Lois, esposa de Ricardo Lois, desaparecido durante la dictadura.
Una cosa es la desaparición forzada como plan sistemático, como fue la dictadura, y por otro lado, desapariciones forzadas en democracia
“Hay una diferencia porque este es un gobierno elegido, pero hay unas similitudes en el discurso, las respuestas y en la falta de acción que vivimos hace cuarenta años”, agregó la mujer, quien es miembro de la organización Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas.
La palabra desaparecido tiene otro significado en Argentina tras la dictadura que dejó 30.942 desaparecidos, según organismos de derechos humanos. Y la angustia de la familia Maldonado ha evocado también imágenes comunes hace años: las Madres de la Plaza de Mayo reclamando la aparición con vida de sus hijos detenidos por militares y gritando: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, que se repitieron en la marcha del viernes.
Según el director del Cels, Gastón Schiller, “una cosa es la desaparición forzada como plan sistemático, como fue la dictadura, y por otro lado, desapariciones forzadas en democracia que lamentablemente hemos tenido”. Según datos del Ministerio de Justicia, entre 2002 y 2015 se han presentado 8 casos “desaparición forzada”.
La investigación judicial
“Una hipótesis es que la gendarmería lo detuvo o que algo más pasó allí. Y ahí es donde empieza a suscitarse el fantasma de la desaparición de Miguel Bru, un joven que fue detenido (en 1993) por la policía, llevado a una comisaría, golpeado y a quien hacen desaparecer, al ver que se pasaron y murió”, dijo en su programa el reconocido periodista de ‘La Nación’, Hugo Alconada Mon.
Las otras: que se ahogó en la huida al atravesar el río Chubut es “cuestionable porque no es hondo y otros lo atravesaron”, dijo Alconada; la tercera, sugerida por el Gobierno, de que Maldonado se habría ido por voluntad propia a Chile, “también es cuestionable: es algo que no podría hacer una persona herida o golpeada; son 47 kilómetros en línea recta por caminos muy malos”; y la última es que lo hayan desaparecido los indígenas mapuches.
La investigación judicial ha sido atropellada y lenta. Y hay dos expedientes, uno por ‘habeas corpus’ y otro por “desaparición forzada”. La Fiscalía señaló que no hay pruebas concluyentes para vincular a la Gendamería, aunque la familia y organismos de derechos humanos reclaman que los gendarmes tuvieron tiempo de lavar las camionetas que participaron en el operativo.
Aún falta información del cotejo genético y los cabellos, la soga y las huellas dactilares que se encontraron en esos vehículos.
La posverdad
El caso de Maldonado también ha puesto sobre el tapete la posverdad y el papel de las redes sociales empujando la agenda en los medios masivos. Ante las múltiples versiones y noticias falsas, la familia creó una página web para desmentir informaciones.
A lo largo del mes, noticieros mostraron imágenes de un supuesto “Maldonado comprando tranquilo en una tienda”, que se desvirtuaron cuando un hombre vio su imagen en la televisión y señaló que era él y no Maldonado a quien mostraba la prensa. Se dijo que era miembro de las Farc y cumplía una labor en La Patagonia; y que estaba muerto en Chile, también desmentido Interpol.
Para la familia, además de cruel, esto no es más que una forma de desviar la pregunta de fondo. “Los familiares no intentamos nunca y bajo ningún punto de vista politizar el caso. Solo queremos que Santiago aparezca ya. Queremos que aparezca con vida”, escribieron y repitieron durante la marcha que el viernes llenó la Plaza de Mayo al grito de la gran pregunta: ¿dónde está Santiago Maldonado?.
CATALINA OQUENDO B.
Para EL TIEMPO
Buenos Aires (Argentina)
En Twitter: @cataoquendo
FUENTE: http://m.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/movilizacion-en-argentina-por-desaparecido-santiago-maldonado-126444