El 12º Congreso de la Central Única de Trabajadores (CUT) de Brasil reúne estos días en Sao Paulo a las más influyentes personalidades de la izquierda brasileña como el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, la actual presidenta Dilma Rousseff, o el exmandatario uruguayo José Mújica.
Entre los debates más intensos estuvo el presentado por el presidente de la Confederación Sindical Internacional (CIN), Joao Felício, y el asesor especial de la Presidencia de Brasil, Marco Aurelio Garcia, el cual tuvo un papel clave junto al papa Francisco I en las negociaciones para el reinicio de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.
“No existen parámetros para decir se se agotó la ola progresista en los países de Sudamérica”, declaró Garcia quien no dudó en afirmar que “la coyuntura económica mundial conspira en nuestra contra” y recordar que “la recesión de la economía mundial impacta en nuestros países aunque menos en Brasil porque conseguimos desarrollar un gran mercado interno de consumo”.
Además, Garcia señaló el aumento de las desigualdades como causa principal de la multiplicación de conflictos violentos en el mundo durante los últimos 13 años y defendió que “no existe una lucha más importante que la de acabar con la desigualdad”.
Acto seguido, el intelectual relacionó la ofensiva contra el gobierno de la élite social y la “frustrada clase media brasileña” que, según él, no aceptaría “la ascensión social de los pobres, los ciudadanos negros en las universidades y los aeropuertos abarrotados con viajeros de todas las clases sociales”.
Por su parte, Felício acusó a los medios de comunicación de Brasil de difundir una “falsa verdad” y reivindicó el papel de los sindicatos en la sociedad brasileña: “Nosotros somos de izquierdas y queremos democratizar la prensa del país, por eso es que recibimos ataques y tenemos dificultad para comunicarnos con la masa social. Es una tragedia que la clase trabajadora de este país no haya conseguido crear un gran medio de comunicación”.