El porcentaje de trabajo femenino no remunerado es “dramático” en América Latina, por lo que las empresas y las sociedades en conjunto deben “abordarlo”, dijo en una entrevista con Efe Mónica Bauer, vicepresidenta de Asuntos Corporativos para la región de PepsiCo.
Algo fundamental en una zona donde la brecha salarial entre hombres y mujeres es de un 17 por ciento , según un reciente informe de Mercer, consultora que además apunta al machismo como uno de los grandes obstáculos en el mercado laboral.
Medidas como políticas flexibles de trabajo (horarios, lugares), ayudas económicas específicas y, especialmente, la extensión de esas políticas a los hombres “para que también puedan invertir tiempo en ese trabajo doméstico no remunerado”.
“Porque si no cambias también eso de fondo, pues va a pasar lo mismo: vas a tener a la mujer en la compañía que tiene el espacio de flexibilidad, pero como su esposo no lo tiene, va a ser la mujer la que va a tener que seguir cargando con todo eso”, añade la ejecutiva de PepsiCo, empresa que promueve iniciativas como Inspira para el empoderamiento de las mujeres.
Un plan con el que uno de los líderes mundiales de bebidas y alimentos busca fortalecer el avance femenino en niveles gerenciales para que puedan tener impacto en la sociedad, como comentó Bauer al hacer referencia al lanzamiento la pasada semana de la segunda edición de Inspira en Miami, con la presencia de 42 funcionarias de mando medio y con cargos de nivel regional, lo que abarca a 34 países.
Tras una primera versión, en 2016, con un programa de 6 meses, esta nueva versión se extiende a un año, con un acompañamiento más “sólido” y nuevos objetivos como la creación de “una red femenina” y “asegurar que se conviertan en agentes de cambio, tanto dentro de PepsiCo como en las comunidades” en las que se desenvuelven.
“Son grupos chicos, programas muy dirigidos, pero sí es importante el efecto de cascabel: se convierten en ejemplos y mentoras para muchas mujeres”, agregó.
Una preocupación por la región que no es gratuita (PepsiCo tiene mujeres en 42 por ciento de puestos gerenciales y en 29 por ciento de cargos de liderazgo), ya que, según Mercer, Latinoamérica es la única zona del mundo donde se prevé un aumento significativo de representación laboral femenina en altos cargos administrativos para 2025, cuando sería de un 44 por ciento .
Pero también parte de una visión de negocio y de doble vía: “Las mujeres toman aproximadamente el 70 por ciento de las decisiones de compra y de consumo. Tienes que tenerlas en toda la cadena de valor y en puestos de liderazgo. Pero al mismo tiempo, con una inserción laboral exitosa de la mujer en Latinoamérica podemos impulsar el desarrollo de la región”, añadió Bauer.
Algo que, aseguró, es posible gracias a las características del género en la región: “Mujeres sólidas, orientadas al resultado, que por el bagaje cultural que traen son muy buenas para hacer redes de apoyo, con un nivel de negociación y de liderazgo muy distinto, vía influencia, todo lo que se traduce en impactos muy positivos”.
Pero lamentó, apoyándose en otro estudio reciente de la también consultora Mckinsey, que aunque “hay una igualdad en las mujeres respecto a los hombres en que quieren alcanzar posiciones de liderazgo, la cultura organizacional no ayuda”.
Sobre la brecha salarial, “hay un componente muy importante desde el reclutamiento, donde nos aseguremos que haya hombres y mujeres participando por igual en cualquier proceso, que este sea muy metódico y amplio para asegurar que no haya sesgo a la hora de las contrataciones”, destacó la ejecutiva de PepsiCo, firma que desde hace dos años tiene un mandato de paridad 50-50 en niveles gerenciales para 2025.
“Nos acercamos cada vez más a que no sean casos únicos (de mujeres exitosas), sino que haya una tendencia. Para eso hay que ocuparse por todos los frentes, hay que capacitar, hay que retener, hay que acompañar y hay que asegurar que esto se acelere. (…) Nos toca al sector público, al sector privado, a la sociedad civil, trabajar a todos”, destacó Bauer
Y concluyó que tenemos que darnos “cuenta de que este no es un tema únicamente de derechos de la mujer sino de desarrollo social y económico para toda la región y para toda la población”.
No en vano, de acuerdo al estudio de McKinsey, se podrían agregar 12 billones de dólares al PIB mundial para el año 2025 si se cierra la brecha de género.
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